La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso tiene el respaldo de una larga experiencia en el área de la Ingeniería Bioquímica, al haber sido la primera universidad en Chile en dictar la carrera de Ingeniería Civil Bioquímica (1970).
Sin embargo, este no es el único motivo por el cual jóvenes de todo el país escogen nuestra Escuela y, en particular, esta profesión. En este artículo, dejaremos que sean las voces de nuestros estudiantes quienes expliquen qué los motivó a elegir este camino profesional.
Pablo Salgado Jadue: “Es una carrera bastante completa y apasionante que mezcla aspectos de ingeniería con procesos bioquímicos, y que resulta ser muy estimulante, especialmente si las matemáticas y la biología son de tu agrado. Además, es una carrera versátil, gracias a la variedad de áreas laborales en las que uno se puede desempeñar. Por último, considero que se trata de una profesión con proyección, dada su vinculación con el modelo de economía circular y sustentable”.
Matías Ramos: “La Ingeniería Civil Bioquímica es la carrera que se necesita para el presente y el futuro. Abarca temas de la actualidad en el ámbito científico, desde la perspectiva de la sustentabilidad y la innovación en bioprocesos, para mejorar el rendimiento de diversas industrias”.
Xiomara Malvino Saavedra: “Es una carrera que está siempre a la vanguardia, tratando de innovar y mejorar nuestro entorno. Por el énfasis que hace en la investigación también creo que se le podría considerar una de las carreras del futuro. La Escuela de Ingeniería Bioquímica, en particular, se preocupa de enseñarnos un poco de cada área, para que seamos profesionales integrales, y nos impulsa a estar actualizados, dándonos el apoyo para lograrlo”.
Catalina Burgos: “La Ingeniería Civil Bioquímica es una carrera muy completa en la que se estudian y desarrollan tres de las ciencias fundamentales: química, biología y física. Además, la carrera tiene un potencial enorme en el área medio ambiental y, más allá de ella, el campo laboral es muy amplio”.
Felipe Jorquera: “Para aquellos que tienen gusto por la ciencia, creo que es una carrera ideal desde el punto de vista del conocimiento, ya que se estudia matemática, biología, física y química. Pero, además, para mí resultaron muy atractivas las competencias que uno desarrolla a lo largo de la carrera dentro de la Escuela. Poder aprender desde cómo redactar de forma correcta un informe, hasta programar el comportamiento de cierta enzima. Me motiva como estudiante. Es una profesión por la que se puede apostar, porque está en línea con los objetivos del futuro”.
Verónica Jara Luengo: “Se la recomiendo principalmente a quienes les interese la sustentabilidad, en particular el desarrollo de energías renovables. En cada ramo de procesos se remarcan estos temas, en el aprovechamiento máximo de los recursos y sus materias primas. También se investiga harto y se crean proyectos con esas investigaciones”.
Ignacio Parra Cataldo: “Uno de los factores por los cuales recomiendo la carrera es porque aborda la reducción de desechos a nivel industrial de manera muy completa, con enfoque en la reutilización. Además, el cuerpo docente que tiene es excelente. Son profesionales del área que manejan a la perfección los conocimientos, y que son muy cercanos y cálidos con los alumnos. Por último, la infraestructura de la EIB es un plus. Es una escuela con áreas de trabajo muy agradables y a su vez con zonas de descanso apropiadas. No es un edificio muy grande, pero tiene lo justo y necesario para entregar calidad de enseñanza”.
Isidora Pereda Ortiz: “Tiene un campo laboral extenso y variado, donde puedes ir desarrollando distintas habilidades y/o gustos, aunque tiene un gran foco en el bienestar medioambiental. Permite y promueve el desarrollo de habilidades matemáticas, de ciencias, comunicación y liderazgo, mientras te impulsa a abrir la mente para poder afrontar dificultades de la vida diaria o profesional”.